POR GERARDO HERRERA.
Sin ser la fecha, que en el dogma religioso representa para los creyentes, el recordatorio de que nada somos, y en polvo nos convertiremos, ayer miércoles resultó cierta la homología.
La fugaz visita de Jesús Ortega Martínez, Líder Nacional del PRD a tierras poblanas, dejó muchas ilusiones y esperanzas. Pero también una estela de sueños y falsas promesas.
Vino a coquetear. A hacer guiños. A dar calor sin ser verano. A dar frío sin ser invierno.
Como cuando llegan visitas a la casa, hubo nervios, y todos mostraron la cara bonita. Atrás dejaron las “muinas” y las amenazas.
Anuncia con timidez, que la alianza PAN-PRD, es probable. ¿Las razones? … No. No las justificó suficientemente. Repitió la misma perorata: “No es un asunto de principios, sino de objetivos de coyuntura”.
A qué vino realmente, sólo él lo sabe. No halló el mismo escenario de Oaxaca. Le faltan argumentos para justificar la alianza en Puebla. Al menos con el PAN.
Un grupo de militantes que encabezan el bloque opositor a la alianza con el PAN, amenazó con irrumpir la reunión que se daría en el Hotel Best Western de Puebla.
Lo “cacareó” tanto que la ansiada llamada telefónica que esperaba, llegó. “No levantes olas, hermano” le dijo la voz con tono amenazante.
Religiosamente, como el “miércoles de ceniza”, los fieles acudieron para saludar a su “Tlatoani”.
Pero fuera de la agenda que todos conocimos, hubieron dos reuniones más. Antagónicas.
En ambas, se construyeron puentes, de madera –por cierto-. Pero hay quienes no desean recordar que, cuando la encendida contienda electoral comience a echar chispas, los puentes pueden arder, y fracturarse, y caer.
Un trabajador honrado le preguntó un día a su patrón: “¿Por qué continuo laborando en su finca, si ésta no produce? El amo le respondió: “El compromiso que nos une no se finca en el dinero que pudiste producirme, sino en la lealtad con que te has manejado. Esa no tiene precio”.
Puebla, México: Escucha ZONA DE FUEGO
9:00 de la mañana por 1280 AM
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