jueves, 15 de octubre de 2009

BOTIN DE GUERRA

En la columna CORAZÓN DELATOR, publicada en www.laprimeradepuebla.com hoy se lee:

..."Noto con preocupación, que el tema de una paraestatal que operaba con número rojos, y que el presidente Felipe Calderón anunció el domingo pasado su extinción, se ha polarizado y peligrosamente radicalizado.

El haberlo dado a conocer de manera abrupta, mientras los mexicanos futboleros festejaban que su equipo de mil amores había conseguido su boleto a Sudáfrica, causa suspicacias.

El sábado, cercano a las 10 de la noche, la Policía Federal Preventiva toma el control de las añejas instalaciones existentes de Luz y Fuerza del Centro. Muchas de ellas –hay que decirlo- operando aún con equipos que datan de la época de Porfirio Díaz.

Este tiro de precisión que se dispara desde Los Pinos, no habría podido hacerse de otra manera.

Por muchos sexenios, se ha tratado de combatir los excesos que impiden el progreso y adelanto para hacer de México un país competitivo.

Nuestro México es basto y generoso. No solamente ha dado a sus hijos agua y riquezas forestales, zonas turísticas y ciudades cosmopolitas, petróleo y gas natural.

Sino que ha sido saqueado interminables ocasiones, produciendo generaciones enteras de nuevos millonarios, y ahí sigue nuestro México, cantando y gritando “Viva México” el 15 de Septiembre.

Sindicatos blancos, líderes charros, vitalicios, han eclipsado el verdadero sindicalismo que se origina el 5 de marzo de 1876, cuando fue fundada la Confederación de Asociaciones de Trabajadores de los Estados Unidos Mexicanos. Hoy no quedan ni sus cenizas.

Tienen que pasar 100 años para la creación de la actual Ley Federal del Trabajo, que en 1970 plasma en sus líneas los derechos y obligaciones para los trabajadores y los patrones.

¿Y mientras, qué ley reinó en nuestro escuálido México de indiferencias?

Pero hoy en cambio, se arrebatan como perros tras la presa, el botín político que implica representar, por un lado, a la clase obrera, a los 42 mil trabajadores de Luz y Fuerza del Centro, y sus familias, pero preponderantemente, a las familias de los líderes sindicales.

Y por el otro extremo de este suculento botín, el colgarse las medallas que significan poner fin, a una etapa -al menos una-, del sindicalismo servil, útil a la hora y fecha de las elecciones, de líderes negros como Joaquín Hernández Galicia “La Quina”, que en tiempos de Salinas de Gortari, es aprehendido y encarcelado, supuestamente por tráfico de armas, pero que a la postre se sabría que el artífice del neoliberalismo en México, Salinas, le cobraba haber apoyado a Cuauhtemoc Cárdenas, en su campaña presidencial.

Aquí esta el meollo del asunto. Se trata entonces de un botín de guerra.

Durante los gobiernos priístas, nace, crece y se desarrolla ésta y otras paraestatales. Sus distintas finalidades están bien descritas en la Ley de Entidades Paraestatales.

Así, crece PEMEX, CFE, Luz y Fuerza del Centro, Teléfonos de México, Siderúrgicas, Aeropuertos, Conasupo, Caminos y Puentes Federales, Somex, Comermex y Ferrocarriles, por mencionar algunas.

Como es sabido, la mayoría de ellas han sido privatizadas, y aunque algunas han ido a parar a los bolsillos de los mas ricos de México, las que quedan, significan un gran botín para los gobiernos en turno, significan “la caja chica”, significan “ejércitos de voto duro”, y la bandera de negociación.

Tuvo que llegar un gobierno emanado del PAN, para tomar semejante decisión, cual verdugo, corta la cabeza, no a los trabajadores o sus sindicatos, sino a sus directores y líderes que como sanguijuelas, han vivido chupando la sangre de nuestros bienes.

Y esto ha sido suficiente para levantar las más radicales pasiones. Sin embargo, considero, era necesario. Pero lo es mas y con urgencia, tomar también el control y revisión de otra paraestatal no menos importante, y que ha dado incluso para financiar campañas políticas, como la de Francisco Labastida Ochoa.

Pregunto: ¿Podrá Felipe Calderón entrarle también al tema de PEMEX?

Porque todos los mexicanos sabemos y nos quejamos de que los múltiples casos de corrupción están ahogando el patrimonio de todos. Como los casos en la década de los 50´s y 60´s, cuando se dio a conocer que Jaime J. Merino, un súper intendente en Poza Rica Veracruz, había defraudado a PEMEX en mas de 5 millones de dólares, pero luego en un juicio, contrademandó y ganó ¡!

Luego vendría el “Pemexgate”, y el último caso, el de Luis Ramírez Corzo, director de PEMEX, que supuestamente desvió mas de 1,500 millones de dólares para el sindicato, y fue sancionado por la Secretaría de la Función Pública.

Y ya no le sigo. Solo le pregunto: ¿Es justo que mientras hoy día hay dos millones de desempleados en México, existan más de 40 mil directores, subdirectores y gerentes, de la paraestatal, cobrando sueldos que van desde los 100 mil, hasta los 350 mil pesos mensuales, dinero de nuestros impuestos?

¿Es justo?".

Fuente: www.laprimeradepuebla.com

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