miércoles, 1 de julio de 2009

¿VOTAR AL GARETE? NO.

Por Gerardo Herrera.

A cuatro días de las elecciones del 5 de Julio, da la impresión que los candidatos se quedaron cortos para impactar de forma eficaz en las conciencias de los electores.

Hoy día, se establece la posibilidad que la tendencia a ir a votar a las urnas en blanco o anular la boleta, sea una constante que tendrá que sobreponerse al abstencionismo.

El 60% de abstención no es buen signo de un país republicano, en vías de absoluta democracia. Un 70% es un desastre.

Es el llamado “al diablo con las instituciones” finalmente aparecido, de pie, en el portal de los distintos institutos políticos, los partidos.

Y ahora se le suma esta “protesta” que se quiere manifestar con un 10% de votos anulados.

¿Será una salida? ¿Es la solución? ¿Es una verdadera afrenta a la podrida política mexicana?

Creo que no.

Hoy día, algún partido, esta apostando a no ser enjuiciado, señalado, despreciado, con el látigo del Voto de Castigo. El mismo que le hizo ganar a Fox, cuando el pueblo mexicano quería fuera al PRI de Los Pinos.

El mismo Voto de Castigo que hizo que López Obrador alcanzara la posibilidad de que una tercera fuerza política de pronto apareciera blandiendo los encabezados de las listas del IFE, situación que hizo, al final, que Felipe Calderón tuviera que tomar protesta como ejecutivo, entrando por la puerta de atrás.

Pero el 5 de Julio de 2009, no se repetirá. No debemos dejar pasar la oportunidad de elegir, con nuestro voto, al menos a uno de los quinientos diputados que, con la aprobación de 1 o de 50 mil votos –no importará cuantos-, estarán discutiendo en el 2010, en el pleno y en comisiones, las medidas de recuperación económica, política, legal, de infraestructura, la reforma energética, el gasto y el presupuesto.

El mensaje de un alto porcentaje de votos nulos, será un gran mensaje a los encargados de mantener la credibilidad de las instituciones. Pero solo será eso. Un mensaje. Nomás.

Hay que votar por alguno. El menos malo. En el que creamos. El que parezca confiable. No importará la marca del partido. No importarán las promesas de sus malas campañas políticas que hoy concluyen.

No podemos dejar “al garete” que sólo unos cuantos definan el rumbo y la composición de la siguiente Cámara de diputados. Es una irresponsabilidad.

Votar no solo es un derecho adquirido con sangre, sudor y lágrimas a través de la historia de México. Es una oportunidad de participar en la construcción del México que todos queremos. Es una obligación ciudadana.

Votemos por un candidato el 5 de Julio.

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